domingo, 21 de abril de 2019

SCALA DEI

De mi infancia recuerdo el estribillo de una canción rimada, perteneciente a un juego, que dice en una de sus partes:


«..Para subir al cielo se necesita una escalera grande y otra chiquita..»

En un día como hoy, Domingo de Resurrección, tal vez convenga reflexionar sobre una figura, la scala Dei (escalera de Dios), imagen devenida en símbolo y objeto de contemplación. Así no es raro que figure en el blasón del Monasterio de Escaladei (s. XII), la primera cartuja fundada en España, cuyas solitarias ruinas pude visitar el pasado año. 


Contemplemos y meditemos en los peldaños que la componen. Pero antes de continuar quiero nuevamente agradecer a Joaquín HuertasGracias a su reflexión, sobre la similitud entre un grabado de Alberto Durero (1471-1528) y el conocido alto relieve -presunta alegoría de la Alquimia, según la interpretación del enigmático Fulcanelli- que decora un pilar en la puerta central (llamada Puerta del Juicio Final) de la Catedral de Notre-Dame (París), surge la idea del presente artículo.



Ahora, sin mover a celos infundados, dejemos a la sobria Dama Alquimia de Notre-Dame y pongamos la atención en la augusta fémina de Durero.

Meditando en la distribución de la scala -cuyo prototipo bíblico es la célebre escalera de Jacob- a los pies de esta regia Dama, personificación de la Filosofía. Tenemos la letra Φ (fi = F), inicial de FILOSOFÍA (φιλοσοφία / philosophĭa), mientras que en la cúspide figura la Θ (theta = TH), inicial de TEOLOGÍA (θεολογία / theologia). 

Durero representa así la divisa por excelencia de toda la escolástica: 

«..La filosofía es la sierva de la teología..»

Según la expresión de Tomás de Aquino (1225-1274). Heredado de la antigüedad clásica, en el pensamiento medieval FILOSOFÍA y TEOLOGÍA se muestran como los quicios para la ejercitación de las llamadas SIETE ARTES LIBERALES (septem artibus liberalibus). Dichas "artes" fueron reunidas en dos grupos: el trivium («tres caminos») y el quadrivium («cuatro caminos»), según el esquema del retórico Marciano Capella (s. V d. C.) expuesto en su enciclopedia De nuptiis Philologiae et Mercurii (Sobre las bodas de Mercurio y Filología).

A propósito de este esquema, cabe mencionar (por sus implicaciones con la historia de las ideas y la psiclogía de lo inconsciente) lo que C. G. Jung denominó «el dilema del tres y el cuatro». En varias obras (v. gr.: Psychologie und Alchimie, 209; Mysterium coniunctionis, I: 269-280 *) el discípulo de Freud se extiende y dedica largos pasajes a esta cuestión, llegando a concluir que:

«El paso del tres al cuatro es un problema» *

Retomando nuestro análisis, en el grabado de Durero vemos la representación de las septem artibus, expresadas mediante las abreviaturas de sus nombres griegos. Así, luego de la Φ, se alude al trivium, compuesto por:

GRAMÁTICA (γραμματικῆ) -mediante la abreviatura γρ
LÓGICA (λογική) -mediante la abreviatura λο

Finalmente viene la RETÓRICA, cerrando el trivium, para dar paso al quadrivium: Aritmética, Geometría, Astronomía y Música, que conduce a la uránica Θ, símbolo de la teología.

Como al inicio invitaba a observar los peldaños. Para terminar debo señalar que si bien su número sólo coincide en dos de las representaciones (9 en el relive de Notre-Dame y el grabado de Durero, 5 en el escudo del citado monasterio cartujo). Es un detalle, pues la idea y la meta en todas las representaciones es la misma: la unión de la profundidad y la altura, de la tierra y el cielo. En efecto, volviendo al grabado de Durero, imaginemos la superposición de las letras Φ Θ. El resultado es una figura arquetípica: la cruz inscrita en un círculo, la cruz solar:





_________________

(*) Mysterium coniunctionis, I: 272. Consulto y cito los textos de Jung siguiendo la edición española de su Obra Completa (editorial Trotta).

No hay comentarios:

Publicar un comentario