martes, 10 de diciembre de 2013

UN ENIGMA LAPIDARIO propuesta de enmienda y breve exégesis

Sobre la frase o lema en latín epigráfico que captó mi atención, cuyo breve análisis emprendo, diré que acompaña al cuarto de los siete emblemas que decoran el antepecho de otros tantos ventanales (ubicados en el patio interior de la Universidad de Salamanca). Como se sabe, la fuente de inspiración (para cinco de ellos) es la singular Hypnerotomachia Poliphili del esquivo Francesco Colonna ( 1527). A propósito de este exquisito libro y antes de proseguir, no me olvidaré de sugerir las interesantes y eruditas disertaciones sobre diversos aspectos de la obra colonniana, publicadas por la Dra. Candela Vizacaíno en su blog.
Siguiendo la original disposición en jeroglífico (a modo de escritura pictográfica) de la HypnerotomachiaPoliphili, que es distinta (en cuanto al orden) de la epigrafía salmantina, la frase lapidaria reza:
EX LABORE DEO NATVRAE SACRIFICA LIBERALITER, PAVLATIM REDVCES ANIMVN DEO SVBJECTVM, FIRMAM CVSTODIAM VITAE TUAE MISERICORDITER GVBERNANDO, TENEBIT INCOLUMNIQUE SERVABIT
Haz generosos sacrificios a Dios mediante el trabajo de la Naturaleza (o de los dones que concede la Naturaleza). Poco a poco irás poniendo de acuerdo tu ánimo con Dios. El, gobernándola misericordiosamente de acuerdo con tu ánimo con Dios.
La traducción que antecede, proporcionada por un artículo de Wikipedia. Posee una errata hacia el final, siendo correcta hasta “misericordiosamente” [MISERICORDITER], según podrá notar todo el que tenga nociones de latín. La frase “de acuerdo con tu ánimo con Dios” es sin duda una burda repetición de “irás poniendo de acuerdo tu ánimo con Dios” [REDVCES ANIMVN DEO SVBJECTVM]. Quedando sin traducir el final de la hermética sentencia. Excepto la frase “gobernándolo misericordiosamente” [MISERICORDITER GVBERNANDO].
Luego de estas observaciones y auxiliándome de mis modestas nociones sobre la lengua virgiliana. Me atrevo a proponer la siguiente traducción. Sobre lo que sigue debo aclarar: del texto que figura entre corchetes […] sólo lo que no destaqué en negritas se refiere a mi propuesta de enmienda. Ahora, sin cerrar la puerta a futuras correcciones, pues me siento incapaz de dar radical solución a las interrogantes, he aquí mi propuesta de enmienda sobre la versión ofrecida anteriormente:
EX LABORE DEO NATVRAE SACRIFICA LIBERALITER [Haz generosos sacrificios a Dios mediante el trabajo de la Naturaleza], PAVLATIM REDVCES ANIMVN DEO SVBJECTVM [Poco a poco irás poniendo de acuerdo tu ánimo con Dios], FIRMAM CVSTODIAM VITAE TUAE MISERICORDITER GVBERNANDO [El, gobernándola misericordiosamente, custodiará con firmeza tu vida/gobernado misericordiosamente tu vida con estricta vigilancia (?)], TENEBIT INCOLUMNIQUE SERVABIT [conservándote y manteniéndote incólume (?)]
En general, la sentencia está impregnada de un indiscutible optimismo y su espíritu preanuncia al movimiento ecologista, cuyos orígenes suelen remontarse hacia mediados del pasado siglo.
Por otra parte, debo agregar que considero acertado traducir ANIMVN por “tu mente”. Según mi criterio, esto es más ilustrativo (y acorde con el sentido total) que verterlo simplemente por “tu ánimo”. Debido a lo equivoco del término, según el contexto en que se emplee. Así, por ejemplo, ya el filósofo neoplatónico Macrobio (s. V d. C.) en su Commentarii in Somnium Scipionis disertaba eruditamente al respecto. Comentando un pasaje perteneciente al célebre somnium Scipionis (sueño de Escipión) ―con el que colofonaba el célebre Cicerón ( 43 a. C.) su obra De re publica―, nos dice:
“..Cabe destacar que en este pasaje utilizó el término animus en sentido propio y en sentido figurado. En efecto, el animus es propiamente la mente, que nadie ha dudado nunca que es más divina que el anima [= aliento vital; cf. en este sentido el VITAE TUAE del lema salmantino]. Aun así, a veces también designamos de igual forma el aliento vital. Por tanto, cuando dice: “Y les fue otorgada un alma [animus] que procedía de aquellos fuegos eternos”, es preferible interpretar la mente, que compartimos de modo especial con el cielo y los astros [cf. el “inconsciente colectivo”]. No obstante, cuando proclama: “Debéis retener vuestra alma [animus] en la prisión del cuerpo”, se refiere entonces al aliento vital [anima] que está encadenado en la prisión del cuerpo, a la que no se somete la mente divina..[lib. I, 14, §§ 3, 4, p. 76.]
De esta manera, siguiendo en lo esencial el criterio de Macrobio. Corroboro que es más acertado, de acuerdo al sentido explicito e implícito del lema, traducir ANIMVN por “tu mente”. Sin embargo, por otra parte, no se me escapa que los SACRIFICA LIBERALITER (generosos sacrificios) que demanda el LABORE NATVRAE (trabajo de la Naturaleza); implican a todo el equívoco “cosmos” que yace abrazado por el animus y el anima. Vistos como lo componentes psíquicos que articulan y polarizan al ser humano, según lo ha constatado y planteado exhaustivamente el psicoanálisis de Jung. Así, en el “Epílogo” a su monumental Mysterium coniunctionis (I: 446, p. 530.) se preguntaba:
“..¿Qué hacer con estas polaridades? ¿Puede el psicólogo rechazarlas y quitárselas de encima? ¿O tiene que reconocer su existencia y proponerse la tarea [= LABORE NATVRAE] de conciliarlas y producir a partir de lo plural y contradictorio una unidad [= ANIMVN DEO SVBJECTVM] que no se da de forma natural, sino que es fruto del esfuerzo humano [= SACRIFICA LIBERALITER], Deo concedente?..”
Grabado original de la Hypnerotomachia Poliphili (Venecia, 1499), que sirvió de inspiración a cinco de los emblemas salmantinos.
[reproducido de Wikipedia, la enciclopedia libre (2013), art.: Siete Emblemas de la Universidad de Salamanca]




BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
JUNG, Carl Gustav, Mysterium coniunctionis, en Obra Completa, vol. 14, Editorial Trotta, S. A., Madrid 2007.
MACROBIO, Ambrosio Aurelio Theodoro, Comentarios al Sueño de Escipión, edición y traducción de Jordi Raventós, Ediciones Siruela, S. A., Madrid 2005. 


WIKIPEDIA, la enciclopedia libre (2013), Fundación Wikimedia, on-line: http://www.wikipedia.org/

lunes, 9 de diciembre de 2013

Sobre el mandálico "UNUS MUNDUS"



omemos como referencia la obra plástica del singular artista y polímato sevillano Juan Orozco Ocaña (alias “Joros”), donde la espiral es uno de los símbolos recurrentes, como bien ha dicho una experta en Filología Clásica, la Srta. Laura Vélez. Ello se hace patente sobretodo en la serie titulada Templo de Poseidón, que actualmente se expone en ese mágico espacio que es Aedea Visual, dirigido por la Dra. Candela Vizcaíno
 
En esta bella y contemporánea muestra sobre la vetusta "poesía visual", se hace evidente un emergente motivo mandálico o circular (de "mándala" [círculo]). Constelado de disímiles glifos, nos habla del cosmos arquetípico contenido en el "Sí-mismo"; la totalidad integral, entorno a la cual se va perfilando el "proceso de individuación", como tantas veces ha explicado Jung
La imaginería cosmopolita que puebla este “mandala”, en la que destacan letras hebreas, los signos astrológicos del Sol, la Luna, el paradójico Piscis, junto a otros signos talismánicos, similares a los utilizados por los hermetistas del Renacimiento, tales como Cornelio Agrippa, Paracelso y el Abad Trithemius en sus obras sobre magia. Predica esa “coincidentia oppositorum” (unión de los contrarios), verdadera solidaridad y amalgama de todas las esferas del ser, que es adquirida en el centro mismo, donde se hace manifiesta la docta ignorantia de la que hablaba el Cusano


Específicamente en el enigmático caligrama titulado Templo de Poseidón II, vemos que esta idea se haya reforzada por el variopinto cromatismo (que combina tonos fríos y cálidos) en que se pone de manifiesto toda la fuerza de la subjetividad emotiva y poética; implicado y atemperado con lo objetivo racional y esférico, mensurado por una espacialidad tetrádica (X). Cuya disposición, como incógnita “X”, no deja de sugerirnos el constante inquirir a que nos incita el lema délfico: γνθι σεαυτόν (conócete a ti mismo). Pues estamos ante el ámbito de lo numinoso por excelencia. La duda del hombre racional que, crucificado como San Andrés (Ανδρέας nombre que, del genitivo grc.: ανδρός, significa “varón”) en medio del Cosmos cíclico. Parece sumido en total impotencia ante lo aparentemente insoluble de aquél acertijo (esencialmente ligado al llamado “axioma de María”, cf. Jung, Psicología y Alquimia [OC 12], §§ 26 y 209; “Ensayo de interpretación psicológica del dogma de la Trinidad” [OC 11], § 181 ss.; Mysterium coniunctionis [OC 14], I: §§ 262, 271, p. 202, 207) propuesto antaño por la feroz Esfinge (esa fémina, de aspecto teriomorfo, símbolo del inconsciente) al sagaz Edipo, quien la llamara “Musa de mal agüero de los muertos” no sin razón. 

El que esta exótica bestia haya muerto ante el acierto del hijo de Yocasta. Ya fuera porque saltara voluntariamente del monte en que moraba (Higino), de la acrópolis tebana (Apolodoro), que fuera defenestrada por su victorioso rival (Eurípides). O, según otros, huyera la desierto de Egipto donde petrificada sufre el escarnio sarcástico del dios Momo. Quien, valga aclarar a modo de digresión, personifica una contrapartida (o polaridad) propia del inconsciente (pero un tanto más cercana a la consciencia) que hace énfasis en posturas “irracionales” tales como la ironía, el sarcasmo, inculpación y crítica que, en ocasiones, pueden ser injustas y malintencionadas. 

Por ello, hasta cierto punto, se entiende que fuera el dios de los poetas y los escritores en general. Sin duda, un loco burlón y pícaro, que enuncia verdades a modo de fábulas delirantes y mordaces (como Cyrano de Bergerac y Rabelais). Un exiliado del Olimpo, de aquél encumbrado monte de la consciencia donde sólo reposa “toda la luz” de la razón. Quedando apenas espacio para una pesadilla como Momo, verdadero hijo de la oscura Nix (Noche), según nos informa acertadamente Hesíodo. Sin embargo, nótese con Homero que estos “dioses” poseen el lastre propio de las humanas pasiones. Así todo ello (lo referido al deceso de la Esfinge), no significa más que el retorno al inconsciente (“Egipto”, “desierto”, “abismo” al que es empujada), fuente y origen, del eterno e invariable (pétreo, lapidario) acertijo sobre el drama humano: la integridad espiritual del hombre frente a su multifacético devenir biocultural. 
En fin, estamos ante una representación de exquisita simpleza sobre el Unus mundus [un solo mundo] del que la iconografía nos ha legado disímiles y bellos testigos. En principio se trata de un concepto metafísico (que en poco semeja a la “Globalización”, su pálido reflejo proyectado) revalorizado por Jung (cf. Mysterium coniunctionis, [OC 14], II: §§ 325-329, pp. 444-448; § 341, p. 457; § 375, pp. 483, 484, §§ 413-430, pp. 510-520) desde el psicoanálisis. Pero que hace su aparición ya en el siglo XVI con el paracelsista Gerhard Dorn (c. 1530 – 1584), quien escribió en su obra De philosophia meditativa:
..“Aprende a conocer a partir de ti mismo lo que es siempre, tanto en el cielo como en la Tierra, y en especial que este universo ha sido creado por ti. ¿No sabes que el cielo y los elementos eran al principio uno y luego fueron separados unos de otros por una influencia divina para que de manera natural te generaran a ti y a todo lo demás? Si sabes esto, no se te puede escapar el resto. Para toda generación es necesaria esa separación… Nunca harás lo uno que buscas desde las otras cosas si antes no es uno en ti”..[citado por Jung, op. cit., I: § 346, pp. 462, 463].
Al respecto, comentaba el discípulo de Freud:
..“Lo uno y simple es lo que Dorn llama el unus mundus. Este mundo es la res simplex [cosa simple]. El grado tercero y máximo de la coniunctio es para Dorn la unión del hombre total con el unus mundus. Como hemos visto, por unus mundus entiende el mundo potencial del primer día de la Creación [cf. II: § 375, pp. 483, 484], que aún no era nada in actu [cf. Gn. I, 5], en la dualidad y la pluralidad, sino que era uno. Para Dorn, la unidad del hombre creada a través de un procedimiento mágico es la posibilidad de producir una unidad también con el mundo, pero no con la realidad plural que vemos, sino con un mundo potencial que es el fondo eterno de todo ser empírico, igual que el sí-mismo es el fondo y el origen de la personalidad individual, a la que abarca en pasado, presente y futuro”..[Mysterium coniunctionis, I: § 414, p. 511].